Viene del lunes 1/02/21

Escuché la voz de Megan detrás de mi.

-Buenos días, cariño -le oí decir arrastrando aún las palabras. Le devolví el saludo con un beso en los labios. Saqué otra taza para servirle un café con nata, como a ella le gustaba. Otra de las cosas que empezaba a escasear, la nata.

-Voy a tener que salir a buscar más provisiones -solté de golpe. Megan me miró con la cara contraída, como si pensara que iba a hacerlo en aquel preciso instante. Odiaba aquellas largas salidas, el miedo se apoderaba de ella al tener que quedarse sola tanto tiempo con los niños.

-¿Tiene que ser ya? -acertó a preguntar.

-No, todavía podemos esperar unos días.

De repente, se escuchó una de las alarmas que tenía instalada alrededor de la casa. Tuvimos que ponerlas, sobre todo, por la gran cantidad de animales salvajes que intentaban acercarse. Ahora ya eran menos, debieron darse cuenta que allí no saciarían su enorme apetito. En una de mis últimas salidas había visto más animales muertos que de costumbre.

A causa del ruido de la alarma, aparecieron los niños. Álex con su pijama de Spiderman y Samantha refregando sus ojos mientras buscaba los brazos de su madre.

-¡No os mováis de aquí! -les advertí.

Continuará…